Este fue el reto lanzado el pasado martes 29 de noviembre por
Fernando Trujillo a los centros que actualmente se encuentran en la Fase II de
Contrato-Programa.
No una experiencia cualquiera, fácil de olvidar, ajena a la vida y
a las necesidades de quienes aprenden, sino una experiencia memorable, directamente ligada a una definición de
aprendizaje que tiene mucho que ver con participar, con una llamada a la
acción, placentera y exigente a un tiempo y, por supuesto, atravesada en todo
el proceso por una actitud reflexiva y por un afán de mejora. ¡Casi nada!



Asumir esta idea y abrirse a los cambios que inexorablemente
conlleva, exige compartir visión, experticia
-trabajo colaborativo, que teje redes-, reflexionar y revisar críticamente
prácticas y materiales, hacer una relectura del currículo y de todo el sistema
en general, integrándolo de una manera creativa en nuestras propuestas de aula,
usar las herramientas digitales como recursos esenciales para la comunicación
en la sociedad del siglo XXI, y hacerlo todo desde la confianza que da el
sentirse miembro de una comunidad que crece y avanza junta.
¿Están nuestro sistema y nuestros centros preparados para ello? ¡He
aquí la pregunta del millón!
La respuesta pasa por convencernos de la necesidad de un cambio de paradigma: salir del que Trujillo define metafóricamente como “Triángulo de las Bermudas” educativo (evaluación-tradición-competencias) y propiciar una práctica reflexiva, en la que el aprendizaje se entienda como desarrollo de competencias y el aprendiz se sitúe en el centro de todo el engranaje a partir de metodologías activas que lo impliquen en la construcción de su propio aprendizaje. Todo ello atravesado por una evaluación dinámica y procesual.
Bajo este prisma, aprender se convierte en una experiencia en la
que se ponen en juego múltiples competencias, y los docentes, en diseñadores de
situaciones de aprendizaje, a las que deberán dotar de sentido para hacerlas
memorables.
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Ruta de aprendizaje propuesta desde el ABP |
En este contexto, el ABP (Aprendizaje Basado en Proyectos) se postula como una metodología idónea
para trazar una potente ruta de aprendizaje, facilitando una narración y escenario motivadores, un desafío ligado a la necesidad de
aprender y a los requerimientos del currículo y un producto final verdaderamente memorable.
Para convertirnos en verdaderos diseñadores de situaciones de
aprendizaje, en diseñadores de proyectos, es preciso adherirse a la “cultura del prototipo”, desde la creatividad,
el trabajo colaborativo y partiendo de un enfoque interdisciplinar.
No faltaron momentos de “ensayo” en la sesión de formación y trabajo
del martes, pero el encargo de Trujillo no quedó ahí. El reto consiste en
llevar esta cultura al centro y hacer que cale poco a poco.

El 31 de enero tendremos ocasión de comprobar los avances. Cada centro contará con 1 minuto para
presentar el primer prototipo de su proyecto y convencer al resto de que,
efectivamente, han diseñado juntos una situación
de aprendizaje que resultará memorable. Ahí estaremos para analizar críticamente
sus propuestas e intentar mejorarlas entre todos.
¡Un reto francamente estimulante!
CONTINUARÁ…
Puedes ver la presentación de Fernando Trujillo pinchando en el siguiente enlace.